El autobús llega a la parada
final del hospital Reina Sofía de Córdoba y cuando hubieron bajado todos los
viajeros el conductor apaga el motor y también se apea. Se apea el conductor,
cierra las puertas y desaparece, pero el vehículo continúa emitiendo unos
resoplidos sordos parecidos a escapes de aire momentáneos y a ronquidos
profundos y rítmicos. Unos paisanos nuestros esperan que vuelva el conductor para
subirse al coche que los llevará hasta la estación de autobuses para regresar
al pueblo. Pasados unos quince minutos de espera regresa el hombre que se dispone
a subir a su vehículo y ponerlo en marcha. Durante ese rato, los estertores del
cacharro no han cesado en su emisión acompasada. Un montalbeño le dice con
sorna solapada al chófer: «Amigo, parece que el autobús está agüerfao». El chófer simplemente se limitó a preguntarle que qué es agüerfao.
Este extraño adjetivo, agüerfao, es uno de los muchos términos
que no recoge nuestra República hablanera
en su palabrario singular, cuyo significado se le aplicaba a los mulos,
caballos o burros que, por su edad o por alguna enfermedad no bien curada,
padecieran de los pulmones, por lo que tosían de modo estentóreo y preocupante.
Como los resoplidos sordos que, durante todo el rato que estuvo parado, no dejó
de emitir el autobús del cuento.
3 comentarios:
Hay que ver cómo son los paisanos de Talbania, jeje. De cuento desde luego. Gracias Pruden por la riqueza de tu lengua
Gracias por el agüerfao. Me encantan las palabras y gracias a recordarlas, quiero pensar que, evitaremos su desaparición.
Saludos getafenses
PAQUITA
Si que hay aun muchas palabras no recogidas en la republica. Espero que las estes apuntando todas. Un saludo y estupenda entrada.
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