Alfonso Cabello Jiménez nació al
mundo de la poesía cordobesa en 1988 con su primer libro titulado Flor de otoño. Llegó con un clasicismo
técnicamente bien aprendido y desarrollado en las emociones palpitantes del
hombre solo. Nos ofreció su primer libro de versos con una edad avanzada,
superados los cincuenta de su vida, pero con una riqueza de inspiración y una
confianza en sí mismo que desde aquel año hasta el pasado 2012 ha publicado más de 20
libros. Todos de semejante estilo limpio y temática personal. Tarea
enriquecedora para las letras cordobesas, pero aún más y básicamente para
rellenar el ámbito cuasi baldío de su pueblo: Montalbán. Toda esa preciosa
labor le hizo merecedor de ser admitido en la Real Academia de Córdoba, de
Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes como miembro correspondiente en 1999.
El
libro mas reciente con que nos regala rompe su trayectoria poética y se nutre
de veintiséis biografías de los cordobeses significantes que tienen calle en
Madrid. Cordobeses ilustres en Madrid,
así es el título de este bello y copioso ejemplar con el que Alfonso parece dar
por cumplida su generosa aportación literaria. Aquí el estudioso deja en paz al
poeta y se adentra en la ciencia de la historia para reseñar la vida y los
méritos de los principales personajes nacidos en Córdoba. Podemos considerar
que este afán historicista viene nacido del amor por su Córdoba pero aún más
por la admiración a las personas que confortan la biografía de un pueblo culto
como es la cuna de Séneca.
Con el propio Séneca se inicia el índice, pero
no todos son filósofos o escritores como Lucano y Góngora, o como el glorioso
Averroes, pues que también se destacan un trío de toreros como Lagartijo,
Machaquito y Manolete. Nos resulta ocioso enumerar los veintiséis nombres de
estas personas ilustres, un glosario atractivo en el que por igual caben
pintores y escritores, santos y guerreros, músicos y conquistadores. Lo que sí
es inevitable decir es que se trata de un trabajo de investigación tanto como
de pasión. Una investigación amable y discursiva que hace honor a su autor,
Alfonso Cabello Jiménez, y una pasión que dignifica el nombre del pueblo que lo
vio nacer. Montalbán de Córdoba era en 1923 apenas un poblado miserable en el
que escasamente había luces en las calles y las casas. Un pueblo enquistado en
un cerro al que no llegaba ni coche de línea desde la capital. El pueblo en
donde Alfonso nació destapado de toda protección que indicara que, con el
tiempo y su propia voluntad, sería profesor de Filosofía y Letras por la Universidad
Complutense de Madrid. Eso sí, en horario nocturno, ya comprenden.
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