Digo adiós a la vida
y adiós a los zapatos que me ayudaron tanto.
Digo adiós al sombrero,
a todos los sombreros que me dieron
protección, sombra sobre mis ojos,
y al olmo de Machado digo adiós.
He venido a sentir
la vida en estas manos, la he sentido
también sobre tu piel, con estas manos
que a veces hasta ti llegara yo,
no sé si he llegado hasta ti, mujer
que me fue dada, dada: corazón incluido
para que yo tuviera
corazón con que amar con estas manos.
Ya sé que si dijera adiós,
si dejara de ser como un zapato,
llevaría tu vida con la mía
puesta como un sombrero, como parte
de mi pensar en ti.
4 comentarios:
Es precioso, enhorabuena. Un fuerte abrazo compañero.
Gracias Paco. NO esperaba comentario alguno porque como podrás observar tengo el bloc casi olvidado. Este es un poema que me he encontrado mirando entre los archivos ya casi viejos. Un abrazo
Me alegro de que hayas recuperado el blog. Lo seguiré con gusto, como hago con todo lo que escribes. Un abrazo.
Me alegro de que hayas recuperado el blog. Lo seguiré con gusto, como hago con todo lo que escribes. Un abrazo.
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