Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

miércoles, 16 de abril de 2008

Una conversación fluvial

Entre las muchas palabras y expresiones locales que no fueron recogidas en La república hablanera, por considerar que su uso es del español universal y no restringido a éste ni a otro pueblo igual de dicharachero, está el verbo zambucar. ─Zambúcame otro medio, dice el parroquiano al tabernero; u otra cerveza o copita de aguardiente, que no todo consumo bucal y estomacal, y por extensión sensitivo, lo es en favor del negocio de la campiña Montilla-Moriles. Este modo de pedir otra consumición se oye con frecuencia entre las personas de más de 40 y 50 años, y se dice bajo el significado de que zambucar es verter un líquido en un recipiente, o vaciarlo, pero he aquí lo que nos dicta el DRAE: «zambucar. 1. tr. coloq. Meter de pronto una cosa entre otras para que no sea vista o reconocida». Totalmente despistados, el docto o el pueblo. El María Moliner, Diccionario del Uso del Español, resulta algo más explícito en su definición: «zambucar. Escamotear. Esconder rápidamente una cosa entre otras; especialmente, las cartas de la baraja». Nada que ver con volver a llenar las copas, ni a llenar o vaciar un cántaro de agua, como es nuestro entendimiento de este sonoro verbo cortijero.



Hace unos días, en una de nuestras tascas y sin cuidar lo que los demás oíamos de su discusión, tres paisanos debatían sobre el lugar donde el río Genil se une al Guadalquivir. Dos de ellos razonaban con geográfica justicia que no era otro que en Palma del Río, pero el famoso Pepeaya insistía que no, que donde los dos ríos se juntan es en Sanlucar de Barrameda. A mí me parecía que Pepeaya, en su estado de semi embriaguez que le caracteriza con frecuencia, sabía lo que decía, es decir, que le estaba dando largas al asunto fluvial en aras nada más de mantener por tiempo una conversación sin sentido, a menos que, en verdad, se le hubiera ido el santo de la situación al cielo y creyera lo que no había podido ver nunca ni en un atlas ni de viaje por Andalucía. De modo que uno de los otros dos, algo ya exaltado concluyó con determinación:

─¡Que no, Pepeaya, que en Sanlucar lo que pasa es que zambuca! ─cambiando así el sentido local de la acción de zambucar por otro más novedoso y arriesgado: desembocar.

4 comentarios:

miguelangel dijo...

Dos cosas:

1º - No pulséis donde en el comentario anterior pone "Here" .. es un virus

2º Estaría bien sugerir este término a nuestros políticos por aquello de no decir trasvase.

Lo que se aprende en las tabernas

Salud

Prudencio Salces dijo...

Gracias, amigo. Yo estuve por borrar ese comentario pensando en lo que dices, pero, como bien sabes, se ve muy mal eso de "este comentario ha sido eliminado por el administrador". De modo que ahora sí lo borraré.

Victorio dijo...

Hola a tod@s.
Pariente, la palabra zambucar se usaba también en la recogida de los melones con mulos y serones.

Cuando los melones valían se descarga el serón a mano. Y cuando su precio era bajo o cuando la carga era de rebusca, el serón se zambucaba directamente en la pila.

Recuerdo con añoranza aquella pregunta que solía hacer: ¿que hago, descargo el serón o lo zambuco...?

Salú.

Prudencio Salces dijo...

En efecto, Victorio: suele ocurrir en el habla de los pueblos, que cuando un término adquiere identidad (aunque sea incorrecta) se usa con la naturalidad del que sabe bien lo que dice. Y porque sabe que el otro lo entenderá igual de bien. Esa es su grandeza: la comunicación fluida.

Pero para que no se desmande el habla y todos los hablantes de un mismo país se entiendan sin interferencia localistas ni arcaísmos en desuso, se crearon las Academias de la Lengua, que a su vez redactan los diccionarios y las gramáticas. Y esto es lo que universalmente nos representa. Tengámoslo claro.