http://www.youtube.com/watch?v=2XRU0-mobA0
Ambas reivindicaciones tienen orígenes distintos: la primera surgió como protesta contra la masacre de un grupo de mujeres que sintiéndose explotadas exigían sus derechos en una fábrica de Chicago; la otra es de índole cultural e intelectual y comenzó manifestando el derecho de la mujer a votar, entre otras cosas. Pero las dos propuestas se unen por el vínculo de la dignidad que todo ser humano debe gozar ante gobiernos y estados. Y por ende, en el seno de la sociedad.
Nuestras hermanas las plantas, esas santas a las que nadie les reza
Fotografía de Ouka Leele
Se me ocurre citar aquí, como exaltación de estos dos preceptos, unos versos extraídos del capítulo XXVII de la Primera Parte de El Quijote, sobre los cuales algunos críticos y estudiosos de la obra de Miguel de Cervantes aseguran que son precursores del pensamiento feminista.
¿Quién menoscaba mis bienes?
Desdenes.
Y ¿quién aumenta mis duelos?
Los celos.
Y ¿quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
Ningún remedio se alcanza,
Pues me matan la esperanza
Desdenes, celos y ausencia.
¿Quién me causa este dolor?
Amor.
Y ¿quién mi gloria repugna?
Fortuna.
Y ¿quién consiente en mi duelo?
El cielo.
De ese modo, yo recelo
Morir deste mal extraño,
Pues se aúnan en mi daño
Amor, fortuna y el cielo.
¿Quién mejorará mi suerte?
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
Querer curar la pasión,
Cuando los remedios son
Muerte, mudanza y locura.
Desdenes.
Y ¿quién aumenta mis duelos?
Los celos.
Y ¿quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
Ningún remedio se alcanza,
Pues me matan la esperanza
Desdenes, celos y ausencia.
¿Quién me causa este dolor?
Amor.
Y ¿quién mi gloria repugna?
Fortuna.
Y ¿quién consiente en mi duelo?
El cielo.
De ese modo, yo recelo
Morir deste mal extraño,
Pues se aúnan en mi daño
Amor, fortuna y el cielo.
¿Quién mejorará mi suerte?
La muerte.
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Mudanza.
Y sus males, ¿quién los cura?
Locura.
De ese modo, no es cordura
Querer curar la pasión,
Cuando los remedios son
Muerte, mudanza y locura.
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