Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

domingo, 3 de abril de 2011

ERROR Y DELITO O SOBRE CÓMO SE CREA UN INFAME






La ignorancia y la soberbia de un representante del pueblo no tienen defensa, pero el error de la voluntad y el trabajo, sí. No defiendo el error por conmiseración, pero sí, en este caso, la voluntad de servir al pueblo.

Un fiscal de Córdoba pide «un año y dos meses de cárcel por el delito contra la ordenación del territorio en su modalidad de prevaricación al autorizar una línea de media tensión» para la concejala de nuestro Ayuntamiento Isabel Márquez Jiménez, de la coalición de Izquierda Unida que gobierna Montalbán. Esta noticia se dio el pasado día 29 de marzo en la prensa provincial.

Bajo el dato, en el diario Córdoba digital, aparecen unos comentarios anónimos que se tiran como chacales a la yugular de nuestra acusada paisana. Bien por doblez personal o por cobardía, por falta de criterio propio o por el simple ejercicio de tirar piedras con los ojos cerrados, o tal vez por todas estas virtudes del mismo aparejo, sus autores los enviaron de esa guisa, anónimamente. Todos tenemos derecho a preservar nuestra identidad, pero pienso que no es correcto utilizar el anonimato para ofender. La libertad y la democracia son para practicarlas, no para usarlas como escudo de la grosería.

Amén de lo dicho, la ceguera, el fanatismo y el odio, la estupidez y la envidia en concreto, que suelen ser muchas veces nuestras marcas de españolidad pueblerina, lanzan a las personas contra el caído sin parar mientes. Pero el caído suele ser uno más de la tribu, un individuo que un día tuvo agallas para decir sí; no las tenía todas en su poder, se sentía útil y dijo aquí estoy yo. Se equivocó. No se le comprende ni ya se le admite ni se le perdona: nada más se le tiran bocados a su dignidad. Se le dice perro judío y se le expatría de la tribu. Ha nacido la INFAMIA. Aquella persona que se levantó por su pueblo, ya no existe. La hemos destruido porque sí.

De entre todos los comentarios publicados ese día en el diario Córdoba solamente uno firma con su nombre y apellidos: Rafael Bascón Arjona. Algo de noble nos queda en las entrañas. ¿Seguiremos su ejemplo?

Rafael Bascón Arjona comienza y desarrolla su comentario con clarividencia y dice que sintió bochorno al saber la “defensa” que argumentó la concejala, lo que el diario resaltó a propósito. Yo repito: bochorno y vergüenza ajena, Rafael, y demás lectores de este blog, es lo que un servidor sintió al enterarme y ver en las calles, hace ya varios meses, la denuncia que contra esa firma ilegal sobre la línea eléctrica aireó públicamente y con saña partidista otro de nuestros ediles de más fuste y peso incompetente. Sinceramente creo, o cuanto menos sospecho, ya que uno no es entendido en normativa administrativa, que si esa denuncia desleal no se produce, no hubiera llegado el vocerío al fango.

Porque también hay que exigirles a nuestros representantes, además de saber de urbanismo y de todas las cuestiones que hacen bonita y fluida la convivencia, que sean consecuentes entre sí cuando tocan a fuego y arrimar el hombro por su pueblo cuando es menester. Se ha cometido un lamentable error, pero no será más delictivo que lo que la ley considere. Y la ley, ya lo dijo un sabio en Roma, no es la justicia. Otra cosa bien distinta, si no delictiva sí acusable, es pegar palos contra el devenir de tu pueblo porque se esté en la oposición.

Participo, pues, con Rafael Bascón Arjona en este punto: A ver si reaccionamos y entre todos le damos el empujón a nuestro pueblo del que está tan necesitado, pero puntualizando que el empujón hay que dárselo a la decencia y a la solidaridad del paisanaje.

Todo el pueblo sabrá que esa línea eléctrica se solicitó en tiempos de la anterior legislatura, administrada por el PSOE. Se solicitó por común acuerdo de los vecinos beneficiarios, no sólo del actual alcalde. La solicitud de esa línea eléctrica justifica la existencia de edificaciones en la zona que, no lo sabemos, tendrán sus autorizaciones municipales, por lo que necesitan de este servicio energético. Es deber cívico de los concejales procurar hacer las cosas bien, no saltarse las reglas ni pillarse los dedos, piensa uno paternalmente. Pero todos los individuos sensatos deberán de saber que, a veces, los asuntos públicos se eternizan en los callejones de la burocracia, cuando no en los sucios despachos de los burócratas mal intencionados.

El error cometido por nuestra concejala encausada, una vez descubierto, nos pone en entredicho a todos, pero igualmente habrá que reconocerle al menos la intención de querer concluir algo necesario que un grupo de vecinos venía demandando a la Junta de Andalucía.

Y añado para quien no quiera saberlo: Isabel Márquez Jiménez es igualmente la responsable de cultura en sustitución de su titular. A ella le ha caído el peso de cumplir con la inauguración del Teatro Municipal y organizar cuantas actividades venimos disfrutando los montalbeños desde esa fecha. Que conste en el haber de su dedicación política y para el conocimiento vecinal.

Que a nadie le amargue un dulce, por favor. Y para los soponcios de la mala uva, esos comentaristas anónimos, que se controlen el pulso de la boca, ya que carecen de pensamiento. Vale.

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