Que si existe la armonía, preguntábamos. Pusimos la imagen de una mujer
hermosa, caminando, algo tan real que no solamente se aprecia en la publicidad
sutil como insinuábamos. Pero un día y otro y otro, y cada vez revestidos de
más miedo, la imagen que más nos desasosiega es la desarmonía, expresada en los
hechos reales, cotidianos, dolorosos, que vive la sociedad. Las clases bajas de
nuestra sociedad.
¿Hace falta enumerar
también aquí, como vemos en los diarios y los telediarios, los motivos amargos
que provoca esta situación?
Hoy mismo, otra vez
más, y en esta ocasión con presencia mayoritaria de los Yayoflautas (es decir las personas mayores, padres y abuelos, que
vienen acogiendo el desamparo de tanta juventud sin trabajo) la Plaza de
Neptuno de Madrid está tomada por la indignación general. Pero nuestros
gobernantes siguen haciendo oídos sordos a los problemas de la población.
Mientras tanto, en
tanto que esto ocurre, los políticos del PP aprobarán (¡por mayoría solemne!) los presupuestos económicos más
ruines de nuestro periodo democrático. Por todo ello (y excusen el tono
poético) la pregunta de la vez anterior: ¿Es verdad que existe la armonía?
Pancartas de la concentración de esta tarde en Madrid
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