(1979)
Pasa
otra vez la lengua del tiempo dando gritos por el Mesto ofendido de Las Rosas,
muerde la reciedad de su ramaje y acuchilla su tronco vesperal para hender en
su herida el musgo terco. Pasa otra vez el tiempo ensalivando con silbidos de
rayos, con soles más oblicuos, y marchita en sus hojas los colores, y reseca en
sus nervios la armonía de lluvias y vestigios. Y pasa el tiempo, y pasa, y él
resiste con lenta lejanía sobre la beatitud de los cerritos, sospechoso de
tanta resistencia, resistente de tanta soledad.
Pero
pasan los hombres a caballo del tiempo, y a punta de codicia y necedad, le
acuchillan la herida con el fuego del odio y los olvidos.
De El Mesto de las Rosas
6 comentarios:
Sobrecogedor, poeta. Una auténtica maravilla este texto, Prudencio, pleno.
Salud y un abrazo.
Manuel
Muy buena poesia ,pero el ser humano es tan ignorante que no valora lo bonito de esta vida y codiciamos ,más y más .Dejamos morir arboles hermosos e incluso pasando el charco estamos dejando morir personas sin remediarlo , solo valoramos la vida cuando perdemos lo más importante ,la salud pero en fin asi somos , un saludo y enhorabuena.
Qué cierto! Pretendemos rescatar lo que perdemos, solo cuando algo se nos va de las manos nos damos cuenta de la falta que nos hacia. Hay que aprender a prever, a disfrutar de lo que tenemos delante de las narices.
Pruden, magnifico.
Este fragmento de "El Mesto de las Rosas" es precioso, tanto que no se cansa uno de leerlo. Enhorabuena una vez más Pruden.
Te lo he dicho muchas veces, y más que te lo diré: cómo me gusta este libro.
Un besazo enorme.
Bellísimo.
Abrazos.
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