Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

viernes, 5 de octubre de 2007

Fundación



A Miguel Ángel, por su comprensión y su sabiduría.
A Orejonkz, que esperaba esta entrada.


Talbania. Nombre legendario de Montalbán de Córdoba, cuyo significado es “tierra blanca de luz”. En tiempos del Imperio Romano se especula que, en este lugar, hubo un asentamiento conocido por Segovia, al que se atribuye la catacumba descubierta no hace mucho en Tentecarreta(v), pero que no prosperó en el periodo visigodo. Por su lado, la creación de la supuesta Talbania ocurriría en el lapso del primer medioevo, pero situada más al sur del enclave actual, en el cerro conocido por Calamorros (ver Escarramolo), rico en manantiales, donde los arqueólogos siguen hallando vestigios del pasado no más remotos que el rey Wamba. Tal vez no sea casual el topónimo de Tabarra, con el que se nombra a un cortijo próximo de allí. Sus escasos moradores provinieron de algún rincón de la lejana cordillera cantábrica no romanizada; hablaban una lengua dispar y rudimentaria llamada ebut, que al parecer quería decir agua, y en torno a este campo semántico se formaban todas sus palabras, por lo que su embrollo no se avenía con el bajo latín en continua evolución de aquellas fechas y se extinguió sin pena ni gloria. La fugaz Talbania se calcula que fue dispersa con la llegada de los árabes a la Península sin haberse constituido nunca en verdadera población. Se desconoce, igualmente, el motivo del éxodo o migración que los trajese a estos cerros de monte bajo que fuese nuestra campiña entonces, pero, por tradición oral, se considera que algunos descendientes errantes de aquel poblado volvieron como carboneros desde Aguilar de la Frontera y como arrieros y vendedores de ganado desde Écija, y fueron conformando, junto con otras familias de moriscos conversos, el pueblo que hoy se conoce.


Tomada de La república hablanera. Servicio de Publicaciones. Universidad de Córdoba, 2005. 2ª edición, 2006

8 comentarios:

miguelangel dijo...

Fantástico. Voy de sorpresa en sorpresa. Me estáis enredando en una trama de mitos y folklore que no voy a negar que desconocía y de la que no voy a querer escapar. Y creo que a diferencia de esa Macondo que se ha quedado fija en la memoria, esta Talbania evoluciona y se desparrama, de manera muy inteligente, por las nuevas vías de conocimiento y comunicación. Enhorabuena. Y gracias por la dedicatoria.

Luis López dijo...

Exacto, de Manolita.
Escribí un texto a mi abuelo en mi blog http://luislopezruz.blogspot.com/2006_06_01_archive.html por ahi está, así como una serie de tres episodios accerca de un viaje a Montalbán, por aqui...
http://luislopezruz.blogspot.com/2006_03_01_archive.html


Por si no se ven en estos enlaces, el texto está en el archivo del blog, lo de mi abuelo en junio 06 y lo otro en marzo 06.

un saludo

Antonio Ruz dijo...

Muchas gracias por la dedicatoria de la entrada, la cual me ha parecido sumamente interesante.
Había leído la 1ª República Hablanera, siempre con media carcajada al ver algunos términos escritos, pero no sabía que en la 2ª, además de añadir algunas palabras, también se ha ampliado con textos sobre Montalbán o Talbania en su caso.

También como Miguel Angel me parece muy interesante que siga creciendo el conocimiento de Talbania en su historia, costumbres, personajes...

Esto cada vez tiene mejor pinta.
Venga un saludo.

Ana Estepa dijo...

Hola, cómo estáis.

Os estoy leyendo atentamente y llego a la conclusión, de que las personas en general siempre hemos sentido la necesidad de crear mundos imaginarios.

A ver si no, por qué existen los cuentos, las fábulas y las historias mitológicas.

En la actualidad, estas formas de evasión o de crear otras realidades, se manifiestan de distintas formas. Por ejemplo, cuando contamos una historia real que ha pasado hace tiempo, solemos adornarla con ciertas exageraciones que le dan más emoción y misterio a la hora de contarla.
También sucede, sobre todo en poblaciones pequeñas en las que todo el mundo se conoce aunque sea de vista, que se suelen exagerar ciertas historias que suceden y que incluso se suelen inventar cosas que jamás sucedieron, únicamente por impresionar al interlocutor y echarle mas suspense al asunto.

Yo vivo en una población, que hace 18 años era de 4000 habitantes y cuando mi marido y yo vinimos aquí, tuvimos que escuchar todo tipo de historias en las que nosotros éramos los protagonistas. Mi marido es árabe y es algo mayor que yo, lo cual daba lugar a todo tipo de interpretaciones. A nosotros nunca nos molestó, si no todo lo contrario, nos divertíamos de lo lindo. Pero resulta asombrosa la capacidad que tiene el ser humano a la hora de inventar historias, cuando se aburre.

Pienso, que el hecho de que Talbania hubiese existido o no ahora mismo, es lo de menos. Existe una realidad y es que hoy día Talbania existe; existe en la imaginación de quienes la imaginamos, porque lo esencial: como el amor, la música, el pensamiento...es invisible a los ojos. El hecho de que algo no sea tangible no significa que no exista.

Tenemos el ejemplo de Macondo. Quién no ha vibrado, llorado o reído con las historias de los Buendía...

También es cierto de que no todo el mundo lo puede sentir así, a pesar de que todos, en mayor o menos grado sentimos esa necesidad de evadirnos de nuestra rutina cotidiana. Esto es algo que a lo largo de toda la humanidad se ha perseguido, por eso los hombres primitivos fumaban drogas y consumían sustancias que ayudasen a "viajar" (como ahora, sólo que hoy está peor visto), porque en definitiva, tanto entonces como hoy necesitamos evadirnos de esa realidad que vivimos todos los días y que en ocasiones resulta asfixiante.

Talbania existe, porque podemos verla, cada vez que Prudencio nos la muestra.

Un saludo a todos y a todas.

Anónimo dijo...

Hola, Ana. Soy el mediano de los tres. Pruden estuvo esta mañana partiendo aceitunas allá en su huerto y se ha pegao un porretillazo en la mano izquierda que pa qué. Partía las aceitunas con un martillo de los de verdad, habiendo como hay para esta cosa martillos de madera. Como verás no sé escribir tan bonito como ellos, pero de paso mi hombre fue a curarse el dolor de la mano que lo dejó ciego y comenzó a sacudirse, con tan mala follá que se subió a la parra, de la que se ha caído rompiéndose la ternilla del hombro derecho. Así que no te puede escribir, ni tampoco mover el ratón. Pero uno piensa que tu sabroso comentario hay que agradecerlo, por eso estoy yo y te lo agradezco en su nombre y en el mío propio, porque Silvestre, aprovechando que el otro está manco de las dos se fue a Madrid a una manifestación con la V de vivienda.
Chao. Saludos cordiales de
Juan Luciano Jiménez

Anónimo dijo...

He estado en manifestación por la vivienda digna de Madrid y no he visto ni rastro de Silvestre. ¿No será que la caída que ha sufrido Pruden ha sido como para que lo acompañe con su mancada en vez de andarse de reivindicativo? ¿O es que tu estilo de escritura se basa en la hipérbole?
Juan Luciano, adelántame algo más del martillazo del autor de la gran República hablanera.
Salud para los tres...
Francisca de los Dolores

Prudencio Salces dijo...

No respondemos a desconocidos.
Lo sentimos. Gracias de todos modos.

Ana Estepa dijo...

Uy...pues qué mala pata.

Dile de mi parte que se mejore y por favor regálale un martillo de los de madera o mejor aún, un artilugio de esos que sirven para partir las aceitunas, que no hay necesidad alguna de andar machacándose los dedos.

Gracias por contestar Juan Luciano.

Saludos a los tres.