Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

viernes, 7 de marzo de 2008

Las manos de mi madre


8 de marzo, día de reflexión y lucha como cualquier otro de nuestra vida. Todos los días de la vida son de lucha y reflexión para la mujer. Ese es su trabajo múltiple: luchar, luchar, y pensar en los demás.

Foto de Alfonso Alonso

Fragmento de El Mesto de las Rosas

Recuerdo en el vestido el negro, y en sus manos vencidas estaba el agua, la mañana. Las manos eran negras: iban por la cocina y por las cuadras, por las flores del patio con el mismo nervio, fermentaban la leche para el queso, moldeaban los quesos en recias esterillas y eran negras, y al lavarme suavitas sin embargo.

Recuerdo el patio siempre con trasiego, el agua del aljibe con bichitos, los montones de blanca yerba, su lenta luz de noche en los veranos. Una fosforescencia con la yerba segada se esparcía en el patio entre lo negro. Las canciones también eran así:


Hay verdes hermosísimos si mayo
retiene al sol cautivo entre las nubes,
si la lluvia persiste en la campiña
con sus charcos y sus manantiales.
Pero existen las duras primaveras
zahiriendo el olivar y la nostalgia.

Recuerdo algunas cosas, sus olores; cosas elementales, como el patio, el aljibe recóndito, la yerba con sus brillos, y la luz. La luz de sus vestidos negros, y sus manos, moviendo siempre el ámbito y la espera.

2 comentarios:

Luis Quiñones Cervantes dijo...

Quízás todos los días deberían ser el día de hermosos homenajes como este. Más cuando la luz, en este caso, sí que se refleja en los vestidos negros del trabajo y la memoria que guardas.
Leo y releo lo que escribes, y este es uno de esos textos que a uno le hubiera gustado escribir. Gracias por regalárnoslo.

Luis Quiñones Cervantes dijo...

Gracias por tu recomendación, amigo.