Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

sábado, 19 de abril de 2008

Blogosfera


Sólo tengo un diccionario escolar de inglés-español que no contiene la palabra blog. No sé, por ahora, el significado de este término internetario (hasta que un buen amigo me lo diga o tenga yo la voluntad de indagar por mejores documentos), pero sí me gusta el compuesto blogosfera.

Este neologismo me suena a como hablo y entiendo yo: blogosfera. ¿La esfera de los blogs? El lugar común, abstracto sin embargo, donde todos los blogs confluyen. Supongo. También supongo que puede denominar la unión de dos, o varios mundos de distintos pelajes.

Uno, que es muy de su pueblo aunque presuma de ser “ciudadano del mundo”, le tiene cierta antipatía a la abundancia de anglicismos en nuestra lengua matria. Por otro lado, un tal licenciado que no ejerce de tal pero que presume de saber más de lo que enseña, me aleccionó un día de que lo correcto, en español del bueno, es decir bitácora, no blog, a este tipo de publicación en que andamos. O en que estamos.

Cuando iniciamos la andadura a tres para contar historias de Talbania, al desaparecido Juan Luciano le daba igual el nombre de la zona; Silvestre sugería que le llamásemos blog por corresponderse con su cometido actual, pero yo prefería el nombre de bitácora por más sonoro y literario. Pero una bitácora, dice el DRAE, no es más que una «especie de armario, fijo a la cubierta e inmediato al timón, en que se pone la aguja de marear». Otro animal bien distinto y más parecido a esto es un cuaderno de bitácora.

Pero blogosfera me evoca la posibilidad de la casa de una amiga rica, tolerante y culta, en la que uno entra sin protocolos y allí encuentra de todo lo necesario.

Ya ven que no es fácil quitarse la caspa de romántico.

4 comentarios:

miguelangel dijo...

Estimado Pruden

Si curioseas un poco más, cosa que no dudo que habrás hecho, comprobarás que Santa Wikipedia nos cuenta que el término 'blog' proviene de web log. Web, que significa telaraña, por aquello de estar enredados y no poder escapar así como así; y log, que significa diario.

Fíjate además que estos anglicismos técnicos no están exentos de barbarismos. ¿Cómo se denomina? ¿La internet, el internet, la red internet, la red de internet, internet...?

Lázaro Carreter, por ejemplo, aconseja no traducir estos anglicismos.

En el campo de la informática imperan los términos anglosajones, pero como nota curiosa, el propio término 'informática' viene del francés 'informatique', información automática. En inglés sería computer science.. Y nosotros decimos 'ordenador', y no 'computador'.

Y con respecto a la 'blogosfera' o 'blogocosa', prefiero llarmarla así, como verás es un experiencia de lo más interesante. De todo lo que hay detrás de este mundillo de los blogs me quedo justamente con eso, con lo que hay detrás, con la gente.

Salud

Luis Quiñones Cervantes dijo...

La fea rigidez de los diccionarios, su ortodoxia de mil páginas, no siempre explican lo que encierran las palabras, sus misterios. A quien le interesan las palabras, debe darle lo mismo que estas provengan del otro lado del atlántico o de un cercano pueblo del sur, como tu Talbania.

Toda palabra tiene "significante" y "significado": la palabra en sí y los conceptos que identifica. Hay una tercera categoría que no viene en los diccionarios: lo que connota, lo que sugiere en el cerebro de quien piensa la palabra o la dice.

A mí "blog" me gusta, como "blogsfera", aunque tengan un origen y pasado vikingo, transatlántico o extranjero. Pero en esta riqueza también está la riqueza del que adapta, se apropia y siente la palabra como propia.

Sea lo que fuere, como siempre, no es tan importante el instrumento como el uso que le demos.

Viva Talbania. Adiós, Pruden.

Antonio Ruz dijo...

Pues yo, cuando las palabras ya me son familiares y las hago mias, me da igual de donde vengan y las utilizo con total libertad, por mucho que me quieran adoctrinar los "sabiondos", también llamados catedráticos, los cuales muchas veces van unos años por detrás de la sociedad.

Esto no quita que también sea un defensor del castellano, pero es que ya se sabe que mear en contra del viento...

Anónimo dijo...

Mear contra el viento, amigo Orejonkz, es precisamente eso en lenguaje: no usarlo correctamente.

Todas las lenguas se enriquecen de otros idiomas, y el español así lo viene haciendo desde antiguo. Lo sabio es usar las palabras con propiedad idiomática, es decir como la sabia Academia recomienda, no al tuntún como las oigamos por primera vez o de casualidad en Internet o en la televisión, en muchas ocasiones, fuera de contexto y sin pasar la criba del entendimiento del propio hablante.

Recuerda i75mara la sensata opinión de Lázaro Carreter, pero eso lo hacen bien los que saben al reconocer que el idioma de uno no tiene otro término más exacto para tal concepto. Por contra, el mismo Lázaro y todos los que están autorizados para pronunciarse sobre este particular, aconsejan que cuando exista un modo natural de decir una cosa no hay porqué confundirla con un extranjerismo.

Mi consideración se basa en que no es lo mismo enriquecer una lengua que afearla.

Saludos