Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

domingo, 13 de junio de 2010

El gurrumino y la osteridá


El cliente pide un vaso de agua, por favor, y el camarero, solícito, se la sirve al punto. Pero el vaso no viene lleno del todo, a bebe ratón, a rebosar, lleno hasta los bordes, sino que le faltaban dos o tres dedos.


─¡Mira cómo me pones el vaso, medio vacío! ¡Y eso qué es agua!


Además de solícito es guasón el camarero y mientras limpia unos vasos con el paño que ustedes conocen contesta impasible que estamos en crisis, que hay que ser austero.


─¡Ostero! ¿Qué palabra es esa, Agustín! ¿Dónde has aprendido tú a emplear palabras raras? ¡Ño, ostero!


─Austeridad, que quiere decir no gastar más que lo necesario ─responde, además de solícito y guasón, con prosodia y formalidad risueña. El cliente continúa la lección.


─¡Osteridá! ¡Eso es ser gurrumino en toas las tierras de garbanzos! ¡Apañaos estamos con la osteridad y la crisis!





Ofrezco a los lectores esta real y ejemplar conversación porque, amén de simpática, contiene dos palabras de las muchas que no están presentes en La república hablanera: «ostero» y «austeridad». Para que calculemos cuán inagotable es el filón del habla popular. Inagotable pero también disparatada por más de creacionista, pues si bien que el calificativo «gurrumino» tiene licencia académica no deja de ser un término esencialmente apueblado, restricitivo en el uso de las personas que se hacen aspavientos ante neologismos o cultismos, la osteridá y sus derivados, sin embargo, suponemos que obtendrá su entrada en el Diccionario años después de que pase la crisis y las personas hagan chistes recordando las privaciones sufridas. Como viene ocurriendo ahora con los tiempos de la jambre.


2 comentarios:

La Cocinera Políglota dijo...

¡Jajaja!
"osteridá", que no sé si guarda alguna relación con "osté dirá"

Saludos.

Prudencio Salces dijo...

Evidentemente que ha de guardarla, querida Cocinera. Ese palabro corrupto, "osté", está dicho desde lo más bajo de la conciencia apueblada de nuetras gentes: "Osté dirá, don José", "Lo que osté mande, mi señora". Pese a que no somos lingüistas nos tomamos la licencia de jugar con la formación de la palabra correcta, AUSTERIDAD, que siguiendo la norma vocálica de la sumisión original, es decir "osté dira" tantas veces oída por el patrón, don José puede que dijera al administrador de las cuentas del cortijo: "¡Que no gastes tanto en pan. Compra el pan duro para que se consuma menos". Y de ahí los académicos lo vieran claro, y dijeron AUSTERO: señor severo, sobrio en el consumo, morigato en el trato, etc.

Se la saluda a usted, señora Flamil