Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

viernes, 18 de junio de 2010



Jerónimo Melrinho y Josefa Caixinha, abuelos maternos de José Saramago, Azinhaga, años 30. Archivo Fundación José Saramago


SUS PALABRAS, SU ESCRITURA, SU VIDA



Despedida

Por José Saramago


Dice el refrán que no hay bien que cien años dure ni mal que perdure, sentencia que le sienta como un guante al trabajo de escritura que acaba aquí y a quien lo hizo. Algo bueno se encontrará en estos textos, y por ellos, sin presunción, me felicito, algo mal habré hecho en otros y por ese defecto me disculpo, pero sólo por no hacerlos mejor, que diferentes, con perdón, no podrían ser. Es conveniente que las despedidas siempre sean breves. No es esto un aria de ópera para poner ahora un interminable adio, adio. Adiós, por tanto. ¿Hasta otro día? Sinceramente, no creo. Comencé otro libro y quiero dedicarle todo mi tiempo. Ya se verá por qué, si todo va bien. Mientras tanto, ahí tienen “Caín”.


P. S – Pensándolo mejor, no hay que ser tan radical. Si alguna vez sintiera necesidad de comentar u opinar sobre algo, llamaré a la puerta del Cuaderno, que es el lugar donde más a gusto podré expresarme.



Esta entrada fue publicada el a las Agosto 31, 2009 y está archivada bajo las categorías El cuaderno de Saramago.



Quiero decir que no encuentro ningún motivo para dejar de ser lo que he sido siempre: alguien que está seguro de que el mundo en que vivimos no está bien hecho; seguro de que la aspiración legítima y única que justifica la vida, la felicidad del ser humano, está siendo defraudada todos los días; y que la explotación del hombre por el hombre sigue existiendo. Los seres humanos no podemos aceptar las cosas como son, porque esto nos lleva directamente al suicidio. Hay que creer en algo y, sobre todo, hay que tener el sentimiento de responsabilidad colectiva, según el cual cada uno de nosotros es responsable de todos los demás. Y esto no lo puedo encontrar en el capitalismo. ¿Por qué el capitalismo no decepciona? Porque no promete nada. ¿Por qué el socialismo decepciona, decepcionó y quizá vuelva a decepcionar? Porque promete. Ésta es la gran diferencia. (José Saramago, 1994)


2 comentarios:

Talbanés dijo...

Hola Pruden, efectivamente tú lo has dicho bien al final; no hay que ser tan radical hombre, yo voy a seguir entrando por aquí habitualmente, esperemos que sigas publicando entradas de vez en cuando. Por cierto la entrada de la "osterida" y el "gurrumino" buenísima jeje, un saludo pare.

Prudencio Salces dijo...

Andrius, perdona que te corrija, pero esas dos iniciales no signan mi nombre y apellido sino que dicen, en latín, Post Scriptum, tras lo escrito. Naturalmente la posdata es del propio Saramago. Gracias por estar ahí, fenómeno.