Juana Castro. Magnánima mujer de Córdoba

Doña Juana y Alfonsa Cañete. Biblioteca Municipal

De la libertad que el cetrero regala a su ave

Que Dios te guarde siempre, ave mía lejana.
Sonriamos ahora, en esta despedida
que debe ser amable. Gratitud,
dulce amiga, es toda mi oferencia.
Pues fue noble el amor, radiante
arderá mi recuerdo de ti en cada hora.
Diste gloria a mis días, y aprendí
en tu mirada la insondable
belleza de la altura.
No te rendiste nunca, y aunque el miedo
batiera tantas veces
sus alas de flor negra,
tu corazón mantuvo su bravura.

(…)

Que te guarden los dioses
aquí y en toda tu ruta.
Yo te beso los ojos, y en tu frente
mis verticales votos deposito
y brindo por tu dicha.

Por un respeto superlativo, por el uso cordial del lenguaje administrativo, por el gusto por los prefijos señoriales, por las cosas del pueblo, por alguna razón de este tiempo de prisas y de conocimientos múltiples, el amanuense municipal informatizado elabora el cartel anunciador y enuncia: Nos visitará DOÑA JUANA CASTRO.

Probablemente. ¿Por qué no?

Don Antonio Machado, Don Antonio Mairena, Don Miguel de Cervantes… ¿Cuántos de sus dones no asignó Don Benito a sus desnudos personajes nobles?

¿No podrá ser esta poeta desde ahora y para siempre Doña Juana? A Córdoba no le falta clase para exaltar sus honras.

El autor del blog, Alfonsa, Doña Juana y Pedro Tébar