Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

jueves, 30 de junio de 2011

No es la III República, pero sí la Tercera Edición




Un día me comentó un joven que, en su círculo de amistades y con las personas que se relaciona, ninguno ha oído nunca la expresión echar las angarillas para referirse a lo referido por los montalbeños de más alta edad, como de la mía en adelante. ¿De dónde viene ese dicho?, me preguntó. En ese momento le di una explicación del porqué de esa incongruente imagen y se me ocurrió decirle lo siguiente como origen posible: al acabar de hacer el amor, el hombre se queda sobre la mujer con las extremidades extendidas, parecido a unas angarillas sobre la albarda. Lo cuento aquí porque este argumento sobre echar las angarillas no está en las anteriores ediciones de este libro, sino que su significado ambiguo se define con otras sugerencias menos acertadas.

Por eso y otras faltas, sería menester un día una revisión casi completa de este palabrario nuestro, pues al paso del tiempo estoy viendo, y he sido advertido por algunos observadores finos de nuestro hablar, que faltan bastantes términos de uso casi común y no pocas expresiones en plena vigencia coloquial. Pero en el momento que se me presenta la posibilidad de una reimpresión, la dedicación de mi tiempo libre obra por ámbitos distintos. Pues esta reimpresión obedece, más que nada, a que esté agotada La república hablanera y haber personas que siguen preguntando por ella para adquirirla.

Reitero, como en la edición anterior, que este libro está formándose, que no es un todo concluyente, sino la esforzada tentativa hacia una posible obra verdadera sobre nuestro hablar que, tal vez, personas más autorizadas puedan realizar un día. Uno se da medianamente por satisfecho con la recopilación hasta aquí mostrada y haber redactado las definiciones de las palabras y dichos a su modo, más literario que académico. De distinta manera, una persona con conocimientos sobre lingüística podrá explicar nuestra forma de hablar con toda propiedad de la materia: fonética, etimología, etcétera. Pero claro, ese ya sería otro libro diferente. Y sin duda que más oportuno.

Quiero entender que para cualquier trabajo de índole idiomático sobre Montalbán, La república hablanera puede servir en adelante, presumiblemente, como base de información popular, pues que fue de las gentes montalbeñas y no de los libros de donde surgió este compendio.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Pruden, tu República es una obra que hace más grandes a los hombres. ¡Enhorabuena!

Prudencio Salces dijo...

Bueno, pues muchas gracias. Algo es algo, ya esta entrada supera los CERO COMENTARIOS

Anónimo dijo...

Pero Pruden, ¿por qué te inquieta tanto los cero comentarios?¿quizás difundes tu blog entre otra gente para que te conozcan?¿A caso no ves crecer el marcador? ¡Qué mejor referente! La gran mayoría de tus lectores y de los bloggeros en general cotillean sin ser vistos, sin dejar huella. Somos poco dados a dejar comentarios. Yo mismo te visito más que lo que te comento. Un abrazo y a seguir difundiéndote.

Prudencio Salces dijo...

De acuerdo, Primo Anónimo, ahor amismo lo quito

La Cocinera Políglota dijo...

Estaremos pendientes y expectantes del nacimiento de esta tercera edición, que promete ser muy interesante.

Saludos, Pruden.

Primo Pruden dijo...

Amiga Cocinera, cuántos nos reímos con tu relato en la comisión de la revista... Pero no voy a desvelar nada aquí, solo darte las gracias y felicitarte

Anónimo dijo...

Vaya Pruden, no era mi intención que modificaras tu blog...

Primo Pruden dijo...

Ya, pero ter doy la razón. Lo puese como ironía y burla a la soledad pero me he dado cuenta, con tus palabras, que má bien era de llorica.
En cuanto a lo de difundir el blog, chico, o chica, pues ni siquiera sé enlazarlo bien en mi página de facebok. ¿Qué había que hacer, entrar en cuanto blog existe, o en casi todos, y dejar ahí la dirección de uno? A veces lo hago, pero no dispongo de mucho tiempo para esos recorridos. No quiero que Internet me absorba cuando siguen existiendo, y publicándose, tantos libros hermosos. Y además hay que seguir soñando..., es decir aprendiendo a escribir.

Saludos cordiales y anónimos

Biznaga de algodon dijo...

Gracias señor de Talbania por ser tan insistente en fomentar la cultura y sobre todo por rescatar todas las palabras que en labios de nuestros abuelos las heredamos y es nuestra obligación transmitir a nuestros sucesores los aliños y condimentos que enrique nuestro paladar y colorean las neuronas. Ahora con cuatro absurdas palabras o signos basta para(ligar) Biznaga.¡Adelante!

Biznaga de algodon dijo...

Gracias señor de Talbania por ser tan insistente en fomentar la cultura y sobre todo por rescatar todas las palabras que en labios de nuestros abuelos las heredamos y es nuestra obligación transmitir a nuestros sucesores los aliños y condimentos que enriquece nuestro paladar y colorean las neuronas. Ahora con cuatro absurdas palabras o signos basta para(ligar) Biznaga.¡Adelante!

Primo Pruden dijo...

Gracias, amiga marítima. Tienes toda la razón, porque aunque se desdeñe la inventiva antigua, el lenguaje coloquial se resume a dos muletillas y una grosería de aliño. "Oye tío no me jodas".

Un caluroso y de su siempre Primo Pruden

La Cocinera Políglota dijo...

Pruden, si os reisteis con el citado relato, me doy por satisfecha.

Mi agradecimiento es para vosotros, quienes tenéis a bien leerme, tanto anónimos como identificados. Yo me limito a contar lo que sucede a mi alrededor, hechos triviales la mayoría de las veces.

Un saludo.