Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

lunes, 4 de mayo de 2020

Allegro con fueco para un amigo





Antonio, nunca jamás bastantemente loado, te he conocido en la risa y la sonrisa limpias y abrasivas.  Una risa que te viene del mar y los atunes y se acrecienta con los vinos translúcidos de Córdoba. Te he conocido en el cante de Camarón de la Isla y en la fiebre flamenca de todos los cantes dichos por tu voz. Te he conocido cantando con alma en la Peña Flamenca Manolo Caracol y en el abismo de una borrachera que te dejó tirado en la noche, por culpa de unos malanges guardias de tráfico. Te he conocido en las entretelas de muchas letras para cantar y en la sinceridad de la distancia. Lo repito: te he conocido en la risa contagiosa y a tu lado yo me he sentido alegre y dicharachero como nunca con otros amigos, porque tu buen humor de altivos mimbres es como una siembra de alegría. Esa es mi suerte de haberte conocido. Tu contagio me hace libre y me sobrepone al destino pueblerino donde me debato en soledad y espera. Te he conocido de muchas maneras, y todas sustanciales, abrazables, pero sobre todo te reconozco Poeta de sangre y fuerza, de empeño y sabiduría, de ilimitada condición y consistencia. Te he conocido en el delirio de los amores perdidos, en la salud de los amores prestados y en la pericia de la seducción a ciegas. Porque tú eres amante del amor y amas la vida con lo que ella contrae, a sabiendas de que no todo es azul Mediterráneo. Lo repito otra vez: te he conocido por tu risa que es poesía de dolor y amargura y pérdidas antiguas. Te he conocido amigo en el abrazo de la generosidad, que es la vida sana y perdurable. Por eso yo enaltezco, con tu nombre, los días y sus sombras. Porque tú estás en ellos firme y andante y decidido como un amigo bueno que puede compararse con el agua primitiva de las rocas. Y por decreto irrefutable de las musas, tu apellido no puede ser más propio que el de Flores.Vale.

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