Todo es verde
y azul, mediterráneo,
violeta en las
mañanas tiritando,
ocres reverberando
en los barbechos
y rojos
horizontes al ocaso
Gris perla el
olivar ingente,
naranja en las
mejillas de un abrazo,
carmín la
sensación de calles
que llevan
hasta el campo el blanco
La luz combate
al frío
con la
congregación de los colores
tierra
adentro, del mar Mediterráneo
Para cuando Anita Aneiros visite Talbania
6 comentarios:
Si todo eso lo llevas en los ojos, qué envidia me das. Un beso fuerte, enorme y naranja.
Ana.
Si todo eso lo llevas en los ojos, qué envidia me das. Un beso fuerte, enorme y naranja.
Ana.
Colores, no todo ex negro Pruden. Bella Talbania. Me alegra reencontrarte por aquí. Un abrazo
Si hasta allí te llegan los colores del Mediterráneo, me alegro hasta el infinito. Espero que no solo sirvan para colorear Talbania, sino también para hacerla más vivible la vida. Abrazos.
Eso de hacer la vida más vivible, querido Luis, es otro cantar, porque no siempre en la belleza paisajística está la energía vital. Existe, o se logra, la compenetración con la Naturaleza, cosa de santos y otros místicos, pero además abundan los mosquitos, el calor indecible y la charpa de murmuradores con derecho al escarnio por ley de la costumbre. Pienso que solo es bien vivible la cosa cuando a los encantos naturales se le sume la sensibilidad de las personas a percibir y adoptar esa belleza dada como compartición y respeto
por favor no dejes de escribir que lo necesitamos los que te queremos
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