De donde no hay nada
nada se recibe,
ni ahondando el aljibe
del agua estancada.
Si en la madrugada
quien no duerme escribe,
tan sólo percibe
su nocturna espada.
Así este desierto
que atravieso abierto,
pues que me dejó,
dejando en mi casa
una sombra rasa
de olvido y de no.
De cuando la poesía era un asunto por el que luchar.
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