Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

viernes, 12 de septiembre de 2008

José Araque Jiménez



Muerto en Gusen, campo de extermino anejo a Mauthausen

A Lola Araque, a quien su sentimiento de justicia
solo supera, tal vez, su talento artístico




Situado a orillas del Danubio, a unos 20 km al sureste de la ciudad de Linz, en la Alta Austria, el campo de Mauthausen será la tumba de unos 7.000 españoles ─236 de ellos cordobeses─ que el gobierno español de la época los ha convertido en “apátridas” por el simple hecho de haber defendido la República.

Entre los muertos cordobeses figura, por ejemplo, y por citar algunos pueblos de la comarca, 8 de La Rambla, 6 de Montilla, 5 de Puente Genil, 1 de Aguilar, 2 de Montemayor, 1 de Fernán Núñez, etc. También Montalbán ha perdido un hijo en esa fábrica de muerte: se llamaba José Araque Jiménez; procedente del “Stalag” I-B de Hohenstein, llegó a Mauthausen el 9 de agosto de 1940, curiosamente cuando terminaba la feria de su pueblo; allí fue despojado de su nombre y pasó a ser un número: 3696. Trasladado el 24 de enero de 1941 al kommando anexo de Gusen y matriculado con otro número, el 9006, allí encontraría la muerte 11 meses después, exactamente el 24 de diciembre del mismo año, justo el día de Nochebuena. Tenía 26 años. Habría cumplido los 27 el subsiguiente 7 de enero.

(Palabras pronunciadas por Alfonso Vaquero Zamorano en la inauguración del monolito que recuerda a los dos montalbeños victimas del exterminio nazi. 23 de agosto de 2008)


ÚLTIMA CARTA ESCRITA POR JOSÉ ARAQUE JIMÉNEZ EN SU DEPORTACIÓN

(En la trascripción, se ha corregido la ortografía pero se mantiene la sintaxis del original)


Cassel [en alemán Kassel]. Veintinueve de marzo de 1940.

Mis queridos padres salud os deseo en unión de toda la familia, yo quedo bien y con el mayor deseo de veros. Padres fue la suya en mi poder el 17 de marzo y enterado de la suya paso a contestaros.

Padres debo deciros que en esta he recibido los avales lo cual no pueden figurarse la mucha alegría que me ocasionó al verlos que era lo único que me hacía falta para poder marchar pues creo que marcharé muy pronto pues en la primera expedición que salga marcharé para España creo que estaré muy pronto a vuestro lado.

Padres en la suya veo lo mucho que se [os] habéis preocupado para poderme mandar los avales pues yo no sé con qué podré pagaros los sacrificios que habéis hecho por mí, pues todo esto os lo pagará su hijo el día que esté a vuestro lado.

Padres me dicen en la suya que Baltazar se había casado y Pepe el de la Niña Alfonsa pues Dios les ayude para que sean felices a todos nos tiene que llegar ese día.

Padres en la carta anterior me decían que habéis tenido carta de un amigo que se llama Antonio Cuenca Ruiz pues ya me diréis si le habéis contestado diciéndole donde me encuentro y me mandaréis su dirección pues es muy amigo mío.

Padres en la próxima me dirán algo de todos mis amigos pues tengo muchas ganas de verlos y me dirán si el primo se ha casado o Manuel el de la Niña Trepa o Andrés el del Chiquito Pérez y Luis el de Caques, y no teniendo nada más muchos recuerdos para mis amigos y un millón de abrazos para mis hermanos y dos millones para mis sobrinos y ustedes mis queridos padres recibid todo cuanto quieran de su hijo que lo es

José Araque Jiménez

Padres antes de esta carta os mandé una foto

Recuerdos para el Lindino

Dirección

118 compañía ¿… …?

a Cassel ¿Nort?







Páginas primera y tercera de las cuatro de que consta la carta


4 comentarios:

Luis Quiñones Cervantes dijo...

Precioso documento el de esta carta, Pruden, que no sé de dónde has sacado. Pero, de verdad, la ternura de esas líneas contrasta en exceso con la otra cruda realidad que ni siquiera se vislumbra entre sus letras, y que a buen seguro intentó ocultar a sus padres.

Hermosísimo rescate el que haces, de la memoria y de la dignidad, otra vez, que bien que resulta necesario.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Querido Salces, sinceras y emocionadas gracias.

Lo controvertido de estos tiempos es, por una parte no querer perder detalle de las guerras y siniestros que acontecen al otro lado del mundo o a este, que la distancia es lo de menos, y por otro, mantener en el olvido la historia de tantas personas sin historia, por no desenterrar rencores o abrir rencillas avaladas por el paso de los años y la desmemoria -obligada o fingida- de muchos. Y se me ocurre, por concluir, que lo que olvidamos es otra cosa bien simple, una pregunta que me hago y que permite-bendita sea- que se me salten las lágrimas ante el dolor ajeno, que tan ajeno no es.
Alguien puede decirme, al amparo sólo de la ley del sentido común y del respeto, la injusticia, ¿cuándo caduca?.

Antonio Ruz dijo...

Uff, cuesta trabajo leer esta carta y no tragarse más de un "nuo".

Al escribirse, en un mismo lugar se estaba dando lo más tierno y lo más cruel de que los hombres somos capaces.

Ojalá poco a poco la balanza se vuelque a lado de la cordura.

Saludos.

Victorio dijo...

Qué testimonios, de una persona que sufría vejaciones y torturas. Qué grandeza de persona que escribe una carta desde el HORROR de los peorcito de las puñeteras guerras y posguerras... Qué capacidad de tragarse lo que se tuvo que tragar, y escribe una carta a su familia como el que está de temporá en un cortijo bastante lejano...

¿Y los avales...? Por lo que se ve, de poco de sirvieron al pobre hombre...

Cuantas cosas, cuantos datos que nos indican por donde iban los tiros...

Gracias pariente por esta entrada, y por cumplir con lo comprometido... Ah, y que bonitas palabras que nos dejas Lola, cargadas del sentimiento sano de un familiar, la misma que nos descubrió la carta de su tío-abuelo, su cacho José...

Salú...