Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

jueves, 16 de julio de 2009

El monumento "de" la barbarie



Era, y es, un monumento sencillo y bonito. Una invocación para conmemorar de forma permanente a la mujer trabajadora y sus logros por la libertad y la igualdad. Lo realizó el escultor autodidacto Florencio Sánchez Ruz, El Floren que todos conocemos como pintor, y fue una iniciativa particular del Grupo de Mujeres del Partido Comunista de Montalbán. Se inauguró el pasado 8 de marzo y unos meses después lo han derribado.


Lo que pretende ser un monumento al respeto de los derechos humanos, exaltado mediante la belleza de un mosaico de colores, ha devenido en una manifestación de la barbarie.

Nadie sabe quién, o quiénes, fueron los autores del hecho delictivo y estúpido. Solo se sabe que ocurrió de noche, como los crímenes cobardes y premeditados, que la estatua quedó arrancada de su plinto y que muchas de sus piecesitas de mármol quedaron desperdigadas por el suelo.

Igual no es más que una gamberrada, pero el gamberro, por lo normal, no atenta contra la imagen de su propia madre ni hermana ni abuela ni contra imagen alguna que represente su memoria afectiva. El imbécil y el fanático (excusen la reiteración semántica), ese que por su actitud intolerante es primo carnal y mental del primate fascista, ese sí es capaz de todo salvajismo y destrucción.



De modo que así estamos: unos pretendiendo embellecer el pueblo, fecundándolo de memoria y de ideas practicables, y otros poniendo zancadillas y amenzando con el vandalismo soez. Pienso que es un adjetivo muy benevolente para quien a la ahora de derribar el recuerdo de lo que las mujeres han sufrido, no se acordó de su madre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo que discrepar... a mi entender, los que rompen, los que destrozan, los que violan, los que maltratan e incluso los que matan no son patrimonio de una forma de pensar -aunque en esta ocasión le haya tocado a un monumento con una significación social, política y ética- ni de otra. El bruto por excelencia que lo mismo hace una pintada que rompe un columpio del parque, que se rapa la cabeza y persigue a pedradas a un extranjero, desgraciadamente no tiene la capacidad de raciocinio. Hoy puede romper un monumento a la mujer y mañana destruir un libro, una iglesia, un buda gigante en afganistán... pero no creo que sea porque esas gentes tienen "una forma de pensar", sino porque sencillamente no piensan.
me avergüenzo de este mundo que hemos creado entre todos y que ya no sabemos parar.
lamento lo del monumento, es un atentado a la cultura y a la libertad de expresión. pero más lo lamento cuando el objeto de la violencia no es un objeto sino una persona.
¿acaso no tenemos todos una pizca de responsabilidad?

Prudencio Salces dijo...

Paradójicamente, señor Anónimo, o señora, estoy en concordancia con tu discrepancia. Tu razonamiento es más amplio que mi denuncia y sé que el comportamiento humano es así de atroz, por regla general cuando tiende a la destruccción: no siempre se destruye por impulso del odio. Ni siquiera sé que ese pequeño monumento haya sido derribado por esa debilidad, pero al tener unas connotaciones históricamente definidas (la lucha de las mujeres por su libertad e igualdad, que por lo común caminan al lado de las ideas socialistas) es por lo que mi repulsa se manifiesta ante las ideas y actitudes contrarias.
Naturalmentee, esta es nuestra responsabilidad: impedir el oprobio, compartir la belleza, etcétera.

Anónimo dijo...

Bien lo sabía..., Señor Salces, pero cuando lo leí me dió un vuelco el corazón recordando otros 2 atentados a la MUJER (con mayúsculas) y al ser humano en general, que se han dado hace unos días en nuestra Andalucía, por quien tenemos la obligación de que sean libres España y la Humanidad. Me refiero a los terribles sucesos que han tenido lugar en Isla Cristina y Baena respectivamente, y que además de haberse cometido en la piel de jóvenes mujeres y de saber quiénes lo han realizado se van a quedar sin castigo. No creo en el castigo cuando sólo busca la venganza, pero sí en alguna forma de poner freno a la violencia, aunque sea por el miedo al castigo, o a la sanción económica, o mediante la tan afamada reeducación que nadie ha visto... como sea, pero que no paguen siempre los más débiles, entre ellos las mujeres más débiles