Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

sábado, 11 de septiembre de 2010

11 DE SEPTIEMBRE. ANIVERSARIO






(2004)
El virus terminal de la vejez se ha enquistado en la casa de los padres. La muerte con sus manos predispuestas se acuesta con la madre todo el día y hace temblar las noches del verano. La perrita lo sabe: nos mira con sus ojos de agua sucia, de agua abandonada y sucia. El agua del aljibe con bichitos extrae alguna nieta, riega las clavellinas con desgana, el patio a la caída de la tarde. La higuera dio sus frutos pero nadie los come con fruición, si acaso recordamos la infancia y otros tiempos en que todo era lúcido, nuevo, resplandeciente, igual que las caricias de la abuela cuando era madre y plata, cuando era plata o frágil que lavaba a sus hijos con manos que no pesan.
Pero la pesantez del cáncer tiene el agrio olor oscuro del gemido. Cuando llegó septiembre, tampoco regresaron las lluvias al tejado, el huerto y los corrales y los patios perdieron la existencia de haber sido. Y la vieja perrita, cuyo nombre infantil nadie recuerda, perdió la condición de su ladrido y ahora late en mi espíritu. Igual que si un tumor para el camino.
(Madre agónica)
A Dolores, Josefina, Paqui, Herminia, Conchi...

Fragmento de la 2ª edición de El Mesto de las Rosas (2009) correspondiente a ese año

2 comentarios:

Talbanés dijo...

Emotiva entrada esta amigo Pruden... muy bonita en su natural tristeza. La foto preciosa.

La Cocinera Políglota dijo...

Preciosa entrada Pruden, descrita con una exquisita sensibilidad y realismo.

Un abrazo.