La razón de que existan los esquiroles en las huelgas no lo es por necesidad económica, como defienden ellos, sino por la cuestión moral de su personalidad.

Los esquiroles siempre salen ganando porque son los favoritos del patrón, pero yo los repudio por principio ético, más que por su precaria necesidad económica y obligación de clase. Aunque uno los repudie y ellos mismos se sientan odiosos, seguirán siendo esquiroles porque su ruindad no les permite ser de otra manera.

Cuando fui jornalero del campo, en todo momento estuve del lado de las reivindicaciones laborales que mejorasen la situación, o, cuanto menos, se consiguiera una mínima subida salarial. Por esa actitud que me igualaba en los intereses colectivos, algunos patrones de mi pueblo me odiaban. Me lo demostraron, me lo dijeron. Aún veo algunos rostros mutarse al avinagrado rencor cuando me ven, pero yo sigo pensando igual: los esquiroles son unas malas yerbas.

Los esquiroles también me odiaban porque yo era un cabecilla comunista. Me lo demostraron. Me lo dijeron. Dijeron que era un equivocado, en el menor de los casos me dijeron eso, y me siguen echando la espalda, negándome el saludo, pero yo siempre los he repudiado de corazón y con el convencimiento de hacer lo que debía: luchar por una mejora salarial, en el plano sindical, y por un cambio de mentalidad en el individuo sojuzgado. Políticamente pensaba que podíamos cambiar la mentalidad del hombre común, darle un sentido de dignidad a su vida. Probablemente tenían razón los esquiroles y yo era un equivocado. Pero no estaba solo.

Los esquiroles no se comprometían por una subida salarial y hacían el trabajo sucio. Luego, tras la huelga, cobraban el aumento igualmente. Eran unos vivales los esquiroles. Yo y muchos más pensábamos entonces, cuando éramos jóvenes y sabíamos que en España no se vivía suficientemente, que no se debe ir a trabajar por menos de lo establecido. Pero incluso había esquiroles, gente baja, que hasta seguían yendo a trabajar por menos de lo establecido en los convenios.

Créanselo.