Evgueni Stuchenko: A la izquierda muchachos, a la izquierda, pero nunca más a la izquierda de vuest

viernes, 15 de julio de 2011

LA INVENCIÓN DE TALBANIA




Fuente en las cercanías de Calamorros y Tabarra*


En la cabecera del blog denominado Talbanés (http://talbanes07.wordpress.com/) se inscribe la siguiente cita:

 
TALBANÉS Gentilicio de Talbania, querida y legendaria patria chica. Mi pequeño rincón en el ciberespacio… es también el vuestro.

La satisfacción personal que uno siente por el uso difusivo de este topónimo imaginario no se cumple del todo en mi orgullo puesto que se elude la procedencia del sustantivo Talbania.

Este nombre apareció por primera vez en la primera edición de La República Hablanera, Córdoba 2005, y posteriormente comencé a usarlo en este mismo blog que usted contempla ahora.

Tras la publicación de La República Hablanera, salió mi libro de cuentos y relatos titulado genéricamente así: Talbania, Editorial El Páramo, Córdoba 2009. En espera de su publicación queda redactada la novela que lleva por título Talbania 1942, cuyo desarrollo versa sobre el modo de vida en un pueblo rural en aquel año de la postguerra.

Subida actual al cerro de Calamorros*

Ya que el amigo Andrés Ruz Pérez, autor del blog Talbanés, a quien le agradezco su “apropiación” aun sin habérmelo solicitado, puesto que así se hace más extensivo el neologismo local, copio aquí literalmente la entrada correspondiente a «Talbania» de la tercera edición de La Rapública Hablanera.

Talbania. Nombre legendario de Montalbán de Córdoba, cuyo significado es “tierra blanca de luz”. En tiempos del Imperio Romano se especula que,  en este lugar, hubo un asentamiento conocido como Segovia, al que se atribuye la catacumba descubierta no hace mucho en Tentecarreta(v), pero que no prosperó en el periodo visigodo. Por su lado, la creación de la supuesta Talbania ocurriría en el lapso del primer medioevo, pero situada más al sur del enclave actual, en el cerro conocido como Calamorros (ver Escarramolo), rico en manantiales, donde los arqueólogos siguen hallando vestigios del pasado no más remotos que el rey Wamba. Tal vez no sea casual el topónimo de Tabarra, con el que se nombra a un cortijo próximo de allí. Sus escasos moradores provinieron de algún rincón de la lejana cordillera cantábrica no romanizada; hablaban una lengua dispar y rudimentaria llamada ebut, que al parecer quería decir agua, y en torno a ese campo semántico se formaban todas las palabras, por lo que su embrollo no se avenía con el bajo latín en continua evolución de aquellas fechas y se extinguió sin pena ni gloria. La fugaz Talbania se calcula que fue dispersa con la llegada de los árabes a la Península sin haberse constituido nunca en verdadera población. Se desconoce, igualmente, el motivo del éxodo o migración que los trajese a estos cerros de monte bajo que fuese nuestra campiña entonces, pero, por tradición oral, se considera que algunos descendientes errantes de aquel poblado volvieron como carboneros desde Aguilar de la Frontera y como arrieros y vendedores de ganado desde Écija, y fueron conformando, junto con otras familias de moriscos conversos, el pueblo que hoy se conoce.


El término ha sido acogido con relativa simpatía por los montalbeños, y esto que cuento es un dato apreciable: durante esta estación, verano de 2011, un matrimonio se dispone a abrir un comercio en Montalbán. Con manifiesto deseo y respeto me piden que les autorice a que su tienda lleve el nombre de Talbania. ¿Verdad que es para sentirse orgulloso de haber inventado una leyenda?

* Fotos de Rafael Soler Salces



7 comentarios:

Anónimo dijo...

Padre, desde ayer la República Hablanera, 3edición, está en manos de tres amigos: Fran de Segovia, Javi de Valladolid e Irache de Navarra. Todos viven en Madrid, lejos de sus orígenes y de Talbania, aunque a los tres les resultó cercano tu libro desde el primer momento en el que lo hojearon y deberías haberles visto las caras de ilusión al leer algunas entradas!
Besos de hija.

Brujita dijo...

Naturalmente que es algo de lo que te tienes que sentir orgulloso, enhorabuena y continúa.... el camino.

primo pruden dijo...

Gracias, Brujita, en ello estamos, pero a veces el camino serpea, se enturbia y desaparece, dijo Machado, el Bueno

Brujita dijo...

Ya ves lo que dijo un sabio.



Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Talbanés dijo...

ay querido primo Pruden..., como le dijo el rey Fernando a Isabel "la caótica" eres de difícil contentamiento jejeje, a ver, ya son dos veces las que públicamente he dejado claro que elegí el nombre Talbanés para mi blog simplemente imaginando cual podría ser el gentilicio de Talbania, acertado topónimo imaginario creado por tu persona. De hecho en una entrada de mi blog publiqué lo que sigue: ."..//...me encontré con Pruden, le felicité por la publicación de su nuevo libro “Talbania” y le dije que estaba deseando tenerlo en mis manos y leerlo, me invitó a una copa ya en la barra, que personalmente es donde más me gusta beber, charlamos un rato recordando como ese nombre fantástico que él inventó para Montalbán (Talbania) estaba, ahora más que nunca y gracias a este nuevo libro, cogiendo cuerpo literario, estaba asimilándose en cierta forma al villorrio. Por supuesto también le comenté, entre otras muchas cosas, el por qué el día que creé este blog utilicé el pseudónimo “Talbanés”, y fue simplemente imaginando como sería el gentilicio de Talbania en homenaje a dicho nombre fantástico y por ende a su creador...//...". Un abrazo pare, cuídate.

PD: en respuesta a lo que me preguntas sobre el friso de azulejos que encabeza mi blog, te tiene que sonar porque lleva muchísimos años adornando una plaza de Talbania.

19 de Julio, ojo dijo...

Andrius, excúsame por lo que desconozco y por lo que olvido, y como bien me aconsejas, debo cuidarme más. Haré por obedecerte.

Pues claro, ahora que me indicas a la Plaza, ya qqquiero recordar dónde se hallan esos azulejos: en las mochetas que sujetan las barandillas, ¿voy bien?

Y bueno, Doña Brujita, si Machado dice que no hay camino, sino lo otro y uno no sabe nadar para seguir la estela de los barcos, habrá que inventarse el camino aunque sea una senducha

Talbanés dijo...

Efectivamente Pruden, ahí están esos azulejos, un saludo.